Es la cuarta vez durante esta temporada que un entrenador del equipo rival me dice: “¡Como un jugador tuyo este en el suelo no te devuelvo el balón hasta que no pare el juego el árbitro!” y esto ya comienza a ser algo típico en los campos de fútbol. La pérdida de tiempo en estas acciones puede llegar a desesperar al equipo rival y más cuando, como norma general, no se recupera todo el tiempo perdido en las mismas.

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Ocurre muy frecuentemente que el equipo que tiene ventaja en el marcador pierde tiempo con un jugador en el suelo, supuestamente lesionado, para que:

  • El árbitro detenga el juego para certificar que es lesión grave o leve.
  • El equipo rival envíe el balón fuera para que el arbitro determine la gravedad de la lesión y el jugador pueda ser atendido o el juego restablecido.
  • Que un compañero, que actúa de cómplice, lance el balón fuera para que el jugador pueda ser “atendido”.

En todos estos casos si se actúa con mala fe, el tiempo perdido puede ser considerable.

¿Que dice el reglamento en cuanto a lesiones?

  • Permitirá que el juego continúe hasta que el balón esté fuera de juego si un jugador está levemente lesionado. Detendrá el juego si algún jugador ha sufrido una lesión grave y se asegurará de que sea transportado fuera del terreno de juego. Un jugador lesionado no podrá ser tratado en el terreno de juego, y no se le permitirá volver a entrar en él hasta que el juego haya sido reanudado; si el balón está en juego, el reingreso debe hacerse por la línea de banda; pero si el balón esta fuera de juego, puede realizarse por cualquier línea de demarcación. Excepciones a la norma de salir el terreno de juego son solamente cuando
    • Se lesione un guardameta o un guardameta y un jugador de campo choquen y requieran atención
    • Jugadores del mismo equipo choquen y requieran atención
    • Se haya producido una lesión grave.
    • Se lesione un jugador como resultado de una infracción con contacto físico por la cual se amoneste o expulse al adversario (p. ej. una infracción temeraria o con fuerza excesiva), si la evaluación y el tratamiento se lleva a cabo con rapidez.
  • Se asegurará de que todo jugador que esté sangrando abandone el terreno de juego. El jugador solo podrá volver a entrar tras la señal del árbitro, quien se cerciorará de que la hemorragia haya cesado y que no haya sangre en su equipamiento.
  • Si el árbitro autorizara la entrada de los médicos y/o camilleros, el jugador lesionado deberá salir del terreno de juego, ya sea caminando o en camilla; si el jugador no acatara esta disposición, deberá ser amonestado por conducta antideportiva.
  • Si el árbitro decidiera amonestar o expulsar a un jugador lesionado y este debiera salir del terreno de juego para recibir tratamiento, deberá mostrarle la tarjeta antes de que abandone el terreno de juego.
  • Si el juego no hubiera sido detenido por cualquier otro motivo, o si la lesión sufrida por el jugador no fuera producto de una infracción de las Reglas de Juego, se reanudará el juego con un balón a tierra.

Son muchos los entrenadores que han manifestado que es el árbitro el que debe decidir si parar el juego o dejar jugar en este tipo de acciones, y así acabar con las “pillerias” habituales en los terrenos de juego.

En muchos casos lo que finalmente ocurre es que al ver un jugador en el suelo, automáticamente tiras el balón fuera y más aún si es alentado por el público que asiste al partido. Tantos años fomentando el Fair Play han servido para entender que el juego limpio está por encima de todo. El problema es cuando esto lo utilizamos para aprovechar este tipo de situaciones y raspar algunos minutillos del partido en beneficio propio.

Muchos entrenadores tienen en su “librillo” estas prácticas habituales de perder tiempo y hacen que algunos jugadores a lo largo de su carrera se conviertan en verdaderos expertos.

La reflexión es que si algunos entrenadores se plantean no devolver nunca el balón, alejándose del Fair Play, algo no estamos haciendo bien. Es el árbitro realmente el que debe de parar el juego y los jugadores de ambos equipo lanzar el balón fuera cuando el árbitro no detenga el juego, porque no se haya percatado de la acción, y la lesión es grave.

En mi opinión soy partidario de que mi equipo lance el balón fuera cuando el equipo arbitral no se ha percatado de la gravedad de un jugador rival tendido en el suelo y en función de como trascurre el partido actuar de una forma o de otra. Si quedan pocos minutos y el equipo rival simula lesiones constantes (ves como se levantan rápidamente) no entrar en su teatro y seguir jugando. Cuando tengas claro que la lesión es de gravedad parar el partido con balón fuera. Sobre todo en estos minutos finales es cuando debería estar atento el árbitro.

“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo” Abraham Lincoln.

Francis Luque – @franxluxna