Los grandes líderes como Messi saben que el deseo de mejorar el mundo despertará también un gran cambio positivo en el mundo.
El buen líder corrige su rumbo continuamente y no tiene miedo a los cambios de los que se adapta rápidamente.
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El buen líder corrige su rumbo continuamente y no tiene miedo a los cambios de los que se adapta rápidamente.