“Cómo ganar amigos e influir sobre los demás” de Dale Carnegie es un libro necesario para mejorar nuestras relaciones humanas. Los principios básicos que habla esta obra son perfectamente aplicables para cualquier entrenador de fútbol que quiere llegar a un entendimiento claro y concreto con otras personas de las que nos relacionamos durante nuestras funciones. Las relaciones humanas son un aspecto importante que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso, por lo que si como entrenadores de fútbol además de ser unos expertos como directores técnicos también lo somos en relaciones humanas, aumenta considerablemente el porcentaje de éxito necesario para triunfar en el mundo del fútbol.



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Hemos resumido el libro en varios principios básicos importantes que nos pueden ayudar en nuestras habilidades sociales como entrenadores de fútbol para conseguir mejores resultados y objetivos.

PRINCIPIO 1. No realice críticas, no se queje y no condene a los demás. Estadísticamente las personas no se critican nada a si mismos pero aprovechan cualquier cosa que no le gusta de los demás para criticarlos. La crítica mata las ambiciones de una persona y el realizarla a nuestros jugadores puede causar un efecto negativo en los mismos. Un ejercicio importante para evitar las críticas a los demás es ponernos en su lugar e intentar comprenderlos. La queja constante no trae nada bueno, hay que ser responsables y transformar ese motivo de queja en solución del problema para entrar en una dinámica positiva. Recuerda que si algo no se puede cambiar no gastes energías en cambiarlo y si lo puedes cambiar trabaja por cambiarlo ideando un plan.

PRINCIPIO 2. Demuestre un aprecio honrado y sincero. Cuando tratamos con otras personas son muchas veces las que queremos contarle nuestros puntos de vista sin importarnos realmente lo que la otra persona piensa o siente. A toda persona le gusta sentirse importante, por lo que interesarse de los puntos de vista del otro y reconocer sus fortalezas, de una forma sincera, es un ejercicio inmejorable para sacar lo mejor del otro. Como entrenadores tenemos que hacer que los jugadores se sientan importantes, escuchados y comprendidos.

PRINCIPIO 3. Despierte en los demás un deseo vehemente. Este principio es fundamental para que nuestras ideas sean bien recibidas. En lugar de convencer al otro de que haga algo, trate de lograr que desee hacerlo. Para convencer a nuestros jugadores de realizar un planteamiento determinado es fundamental hacerles participes del mismo y que tengan un profundo deseo de realizarlo.

PRINCIPIO 4. Muestre un interés sincero por los demás. En las relaciones humanas ocurre que nos interesan los demás cuando estos se interesan por nosotros. Si como entrenadores, a diario, mostramos un interés sincero por cada uno de nuestros jugadores, aunque sea con pequeños gestos, podemos hacer que los mismos se sientan mejor dentro del grupo y se afiance nuestra posición de liderazgo.

PRINCIPIO 5. Sonríe. Una sonrisa sincera dice más que mil palabras. Los entrenadores estamos acostumbrados a ponernos la “mascara” de la seriedad, del drama o de lo que toque en ese momento, sin darnos cuenta del poder de una sonrisa sincera en momentos difíciles o complicados.

PRINCIPIO 6. Recuerde que para toda persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma. El pronunciar el nombre de la persona con la que hablamos hace que le demos una importancia especial y a la misma vez un elogio sencillo. Los entrenadores de fútbol con el tiempo potenciamos rápido el aprender el nombre de nuestros jugadores, por lo que si somos capaces de hacerles sonar su nombre en las conversaciones que tenemos con ellos potenciaremos su autoestima y rendimiento.

PRINCIPIO 7. Sea un buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos. Prestar atención plena a la persona que habla nos hará convertirnos en un conversador inteligente porque no hay nada más halagador que eso. Para solucionar un conflicto con una persona que se siente enfadada no hay nada como escucharle pacientemente y dejar que saque la ira que tiene dentro. Como entrenadores tenemos que potenciar este principio pues en determinados momentos nos cuesta escuchar a nuestros jugadores y el entorno.

PRINCIPIO 8. Hable siempre de lo que le interese a los demás. Para establecer un vinculo con la persona que hablamos hay un camino muy corto que es hablar de cosas que son preciadas por el otro, que hace que la conversación sea más fluida y satisfactoria.

PRINCIPIO 9. Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo sinceramente. Disraeli, , afirmaba lo siguiente: “Háblales a las personas de ellos mismos y lo escucharán durante horas”. Nuestros jugadores necesitan en algún momento que los hagamos sentir importantes que a la vez puede servir para sacar el máximo potencial que llevan dentro.

PRINCIPIO 10. La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. En las discusiones generalmente lo que hacemos es tratar de imponer nuestro punto de vista sobre el tema que trate de la misma. Siempre es mejor comprender y acercarse a los puntos de vista de la otra persona. Una persona que se siente cómoda en el terreno de las discusiones, se queda sin argumentos cuando la otra persona no quiere entrar en la misma y encima le reconoce la razón ciertas apreciaciones.

PRINCIPIO 11. Demuestre respeto por las opiniones ajenas.  Jamás diga a una persona que está equivocada. A las personas nos duele mucho que nos digan que estamos equivocados, aunque realmente sepamos que es verdad. El secreto está que en vez de herir a la otra persona, se llegue sutilmente, con tacto y suavidad para hacerle ver el problema sin que parezca que lo está haciendo. A nuestros jugadores le herimos el orgullo cuando le decimos que se han equivocado en diversas acciones, por lo que el hacerlo de una forma más sencilla y sutil hará que el jugador corrija más pronto los motivos que le han hecho cometer el error.

PRINCIPIO 12. Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Muchas veces nos equivocamos y nos justificamos (Me equivoque, pero ……). Cuando ponemos el pero justo después de algo le estamos quitando todo el valor a lo que hemos dicho al principio. Siempre es más fácil escuchar de nuestros propios labios que nos hemos equivocado que escucharlo de otras personas. El admitir nuestra culpa o equivocación, cuando realmente ha sido así, hace que las otras personas se relajen y sus miradas hacia nosotros sean de forma diferente.

PRINCIPIO 13. Empiece en forma amigable. La actitud inicial en las relaciones interpersonales es fundamental a la hora de establecerlas. El hecho de que la percepción de la otra persona sea que tenemos buen trato, actitud positiva, cordialidad hace que su posición frente a nosotros sea más cercana y con más predisposición a trabajar en el proyecto común. Como entrenadores debemos de cuidar este apartado y hacerles ver a nuestros jugadores, desde esta perspectiva, que la unión de piezas dentro del equipo tiene que ser fundamental para conseguir objetivos.

PRINCIPIO 14. Consiga que la otra persona diga “Sí, sí”, inmediatamente. Oriente desde el principio a su interlocutor a decir muchos “síes”  a través de preguntas que le orienten a responderlas afirmativamente, con los puntos de vista que presumiblemente estáis de acuerdo. Cuando una persona nada más comenzar una conversación se posiciona en un “no” es muy dificil hacerle cambiar de opinión.

PRINCIPIO 15. Permita que la otra persona sea quien hable más. Es la mejor manera de conseguir de la otra persona cooperación y que se sienta más involucrada en el proyecto o acción. El hecho de que la otra persona hable más nos hará conocer mejor sus necesidades, fortalezas, problemas o puntos débiles estableciendo un mayor vinculo entre ambos.

PRINCIPIO 16. Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella. Como entrenadores debemos de saber que si persuadimos al equipo o lideres del mismo que una idea es suya, la realizarán con más entusiasmo que si es impuesta. Hay que ir dando pinceladas y orientaciones hasta que descubran ellos la idea que queremos trasmitir y la hagan como suya. Al fin y al cabo lo que queremos es conseguir un objetivo para mejorar el equipo, da igual al final a quién se le atribuya la idea, siempre que el entrenador sea un buen líder.

PRINCIPIO 17. Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.Es muy importante tratar de comprender a la otra persona y ver porque actúa así. Una vez que descubras el porque, mejorarán tus relaciones con la persona y esto ayudará a mejorar cualquier meta u objetivo común..

PRINCIPIO 18. Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. El mostrar una simpatía sincera influirá positivamente en las relaciones con la otra persona, pues en el fondo todas las personas busca simpatía.

PRINCIPIO 19. Apele a los motivos más nobles. Como entrenadores tenemos una herramienta poderosa para motivar a nuestros jugadores o grupo y no es otra que apelar a los motivos más honorables a la hora de resolver cualquier situación, bien sea en una situación de juego o una situación conflictiva dentro del grupo. Cuando iniciamos una conversación con un jugador con una frase tipo: “.. yo confío plenamente en que te vas a esforzar al máximo, porque eres un jugador que tiene el compromiso por bandera …” hace que al apelar a dichos motivos este responda favorablemente para dar lo mejor de si mismo y ayudar mejor al grupo.

PRINCIPIO 20. Dramatice sus ideas. Esto tiene mucho que ver con la puesta en escena de nuestras ideas. Hay muchos entrenadores que son muy inteligentes y tienen casi todo lo que hay que tener para triunfar, y no lo consiguen por no ser buenos comunicadores. Al grupo hay que hacerle llegar las ideas con emoción y sentimiento para sacar lo mejor de ellos. Se pueden utilizar muchos elementos para llevarlo a cabo, desde un discurso motivador adecuado, vídeos, música, etc. El caso es que a determinados grupos o equipos, según en que momento de la temporada, le viene muy bien que la idea sea algo más que una idea y para conseguirla llevarla al máximo el dramatizarla es la mejor opción.

PRINCIPIO 21. Lance, con tacto, un reto amable. Los pequeños retos hacen que los equipos no se duerman y se acomoden. Lance pequeños retos a tu equipo y de vez en cuando y lanza pequeños retos individuales a tus jugadores. Te sorprenderás de como aumenta el rendimiento de los mismos.

PRINCIPIO 22. Empiece con elogio y aprecio sincero. Es esencial en cualquier charla o comunicación complicada con miembros del equipo comenzar con un elogio real para que el inicio de la misma relaje un poco a los interlocutores. Un barbero antes de afeitar enjabona la barba, no?.

PRINCIPIO 23. Habla de tus propios errores antes de hablar de los de los demás. Esto causa un efecto positivo en el lado contrario que ve como todas las personas los cometemos y no estará tanto a la defensiva. En realidad nadie es perfecto.

PRINCIPIO 24. Haga preguntas en vez de dar ordenes. Cuando queremos mejorar algo debemos de buscar la solución orientando nuestras preguntas hasta que el grupo la busque aprenda de los errores. El hecho de ser parte de la solución les hará ser parte del problema y hará que se comprometan más con el equipo en momentos complicados.

PRINCIPIO 25. Permita que la otra persona salve su propio prestigio. La tendencia natural que tenemos es criticar al otro cuando se equivoca, y como entrenadores lo hacemos mucho. Destacar el elogio de lo bien hecho y minimizar la crítica hará que nuestros jugadores refuercen lo que hacen bien y disminuyan lo que hacen mal por falta de atención.

PRINCIPIO 26. Elogie el más pequeño progreso. Conviene destacar a un jugador nuestro con un elogio específico de algo que está haciendo ahora mejor que antes. El enfocarnos sobre los progresos reales que el jugador hace hará que el jugador lo sienta como sincero y no como un elogio para hacerle sentir bien, en el caso que hubiese sido un elogio a nivel general sobre lo que hace. No es lo mismo decirle a un jugador que esta jugando muy bien estos últimos partidos que decirle que concretamente en los tres últimos partidos ha mejorado en el uno contra uno y que el porcentaje de pases correctos que ha dado en estos partidos ha sido el doble de lo que hacía antes ayudando considerablemente al equipo a ganar los partidos.

PRINCIPIO 27. Atribuya a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla. Si como entrenador le atribuyes una buena reputación a un jugador aunque no la tenga, este hará todo lo posible para no desmentirla y se esforzará al máximo.

PRINCIPIO 28.  Aliente a la otra persona. Haga que los errores parezcan fáciles de corregir. Si a un jugador constantemente le estás diciendo que todo lo hace mal no tardará en desanimarse y frenar su evolución en mejorar, sin embargo, si haces todo lo contrario los resultados serán enormemente positivos.

PRINCIPIO 29. Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted sugiere. La forma de comunicar cualquier sugerencia de alguna cuestión que afecte a nuestro equipo es de vital importancia. El darle importancia a los individuos frente a la acción que se va a realizar es fundamental para conseguir mejorar este principio.

Hay una cosa importante que quería decir sobre lo escrito en esta entrada que trata de adaptar los principios del libro ” Cómo ganar amigos e influir sobre los demás” de Dale Carnegie al mundo del entrenamiento de fútbol, y es que, no os creáis nada de lo que pone en la misma. Os invito a que lo llevéis a la practica y confirméis vosotros directamente que funciona o no funciona, antes de darle veracidad a la misma. Si os decidís a poner en práctica algún principio me gustaría que lo compartierais con el resto de entrenadores para enriquecernos mutuamente.

Cada vez es más importante ser un buen comunicador para saca lo mejor de un grupo o equipo y nosotros como entrenadores de fútbol debemos de tener en cuenta una cosa fundamental, que es que trabajamos con personas y esto debe de estar por encima de todo.

Francis Luque – @franxluxna