Cuando los resultados acompañan y lo que rodea a nuestro equipo de fútbol va en consonancia con el buen clima del equipo todo es relativamente fácil. Lo complicado es liderar a un equipo de fútbol repleto de problemas y adversidades.
Son muchos los entrenadores que abandonan todos los años por no saber actuar en situaciones complicadas o que la propia directiva, los cesa de su cargo, porque no ven en ellos la persona capaz de sacar al equipo de esa situación adversa.

Aprende a líderar tu equipo de fútbol
Cada vez hay más entrenadores muy preparados para, en condiciones normales llevar a un equipo a lo más alto, pero la gran diferencia que puede marcar un entrenador con el resto es saber gestionar tu equipo en situaciones especialmente complicadas.
He querido reflejar algunos puntos claves, en concreto diez, inspirados en el libro de Dennis Perkins “Lecciones de liderazgo. Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición antártica”.
- Nunca pierda de vista la última meta y concentre su energía en objetivos a corto plazo. Cuando llegamos a mitad de temporada a un equipo de fútbol para salvarlo porque está en posiciones de descenso, es importante no perder de vista que al final de la temporada debemos estar “salvados” pero debemos concentrar todas nuestras energías en metas y objetivos que a corto plazo nos darán una base para llegar con garantías de éxito al objetivo final (Mejorar goles encajados a balón parado, terminar con la portería a cero el próximo partido, que no nos expulsen ningún jugador en los tres próximos partidos, etc).
- Dé ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar. Nosotros debemos de ser un espejo en el que se miren todos los jugadores y resto del cuerpo técnico en momentos complicados. El compromiso, el trabajo, etc. deben de ser pilares fundamentales en esos momentos especialmente delicados.
- Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad. Esto es muy importante porque ante todo hay que ser sincero en cuanto a la realidad del objetivo. No podemos vender algo que nosotros sabemos que es irreal y por eso debemos de ser claros en todo momento. A partir de ahí el inspirar confianza y optimismo en el grupo es fundamental. El optimismo es una de las mayores fuerzas que garantizan el éxito en muchos proyectos deportivos.
- Cuide de sí mismo: mantenga su resistencia y déjese de complejos de culpa. Muchas veces como entrenadores nos cargamos tanto peso a las espaldas que hace que el proyecto fracase. La responsabilidad del éxito y del fracaso es de todos, si todos no reman en la misma dirección no se llega al objetivo deseado.
- Refuerce constantemente el mensaje de su grupo. Hay que hacer una identidad del equipo para que se piense como tal. Hay que unir fuerzas y no dividirlas. Juntos aprovechando las cualidades de cada uno por mínimas que sean multiplican las posibilidades de éxito.
- Minimice las diferencias de estatus e insista en la cortesía y el respeto mutuo. En momentos complicados, comenzando por nosotros mismos hay que saber que todo el mundo debe de trabajar para conseguir resultados. Seguramente será el momento que saldrán a flote los egos de algunos jugadores de mayor peso o categoría en el vestuario, resaltando que el equipo no cumple sus expectativas, que es muy complicado trabajar con el resto porque hay poca calidad en el grupo …… ese es nuestro trabajo integrar a estos jugadores en el grupo y hacer que el respeto entre todos sea máximo.
- Domine el conflicto. Maneje el enfado en dosis pequeñas, atraiga a los disidentes e impida luchas de poder innecesarias. La capacidad de solucionar conflictos y tomar las decisiones correctas en momentos complicados es fundamental para conseguir el objetivo. No se puede mirar a otro lado, tener miedo a tomar decisiones o no hacer nada. Simplemente actúa, haz lo que tu intuición te diga y aplica tu experiencia. Si fallas que te sirva de aprendizaje para cuando tengas que tomar en otra ocasión una decisión similar.
- Encuentre algo que celebrar y algún motivo con el que reír. Celebre con el grupo los pequeños logros, por muy pequeños que sean y incluye risas en algún momento del entrenamiento. Esto nos dará energía para seguir adelante.
- Esté dispuesto a asumir el gran riesgo. Sin correr riesgos corres en riesgo de no llegar nunca al objetivo. Hay que ser valiente, por lo menos en algunos partidos y ahí está tu trabajo como entrenador de saber cuando hay que arriesgar y sobre todo estar dispuesto a hacerlo.
- Nunca abandone, siempre puede haber otra alternativa. No abandones nunca porque siempre hay alternativas. Hasta que existan posibilidades lucha hasta el final. La constancia es un pilar fundamental para este tipo de situaciones.
Francis Luque – @franxluxna