El otro día en el Congreso Internacional de Fútbol “Planificando el éxito” de Malaga, tuve la suerte de conocer a otros entrenadores de fútbol y compartir charlas y momentos que me han enriquecido mucho como persona y entrenador. Muchas veces te cruzas por los campos de fútbol con otros entrenadores y solamente sabes de ellos que te ganaron en el partido de aquel año o que fue el que te sustituyo hace dos años en el equipo que estabas, pero realmente no conocemos a las personas que hay detrás de esa “máscara de entrenador de fútbol”.

Para empezar ya ponemos etiqueta a todos los que más o menos conocemos o nos suenan (este que es muy defensivo, el otro que es un “enchufao” o aquel que le falta carácter y siempre lleva buenos equipos. Pienso y es una opinión personal, que los entrenadores en general no tenemos ese sentido de compañerismo que tienen otros trabajos o profesiones, aunque claro, no hay que meter a todos en el mismo saco. Hay entrenadores que tienen su ego por las nubes, otros que no les gusta compartir nada  sus conocimientos, los que les molesta que triunfen otros entrenadores, y podía seguir con un largo etcétera de cosas que no son lo más positivo para que el trabajo que realizamos este mejor considerado de lo que lo está actualmente.

En este congreso, un entrenador veterano con el que compartí momentos del congreso, me decía en una conversación que el trabajo del entrenador no esta dignificado como se merece y que los clubes no nos respetan porque nosotros mismos no nos respetamos y no tenemos una unión que nos haga más fuertes. Realmente esto es una buena reflexión de la situación actual que vivimos.

En un equipo cualquiera de cierto nivel o senior, cuando cesan a un entrenador, hay ya cuarenta entrenadores llamando a la puerta, incluso antes de que haya ocurrido el cese. El hecho de que haya tantos entrenadores, ansiosos de dirigir un equipo de cierto nivel hace que nos vendamos a la baja para poder competir con otros entrenadores y poder así conseguir ese ansiado equipo que nos de una oportunidad de hacernos hueco en el panorama actual de donde vivimos. Esto hace que el trabajo de entrenador se vaya devaluando y que los clubes no consideren trayectoria, trabajo que hacemos, etc ….. porque siempre habrá alguien que vendrá con unas condiciones inferiores a las tuyas y que hará que el club lo coja a el porque al fin y al cabo cuesta menos y las condiciones son más ventajosas para ellos.

Es cierto que un entrenador que empieza tiene que hacerse hueco con unas condiciones inferiores a las de un entrenador con cierto “cache”, aunque algunos se olvidan de pasar por el fútbol base o más modesto para hacerse con una trayectoria que les haga estar mejor preparados para triunfar cuando dirijan a un equipo de superior categoría.

Aparte de todo esto nos hace falta más unión en nuestros ámbitos provinciales. Reuniones anuales formativas hacen, por ejemplo ,que los entrenadores estemos más en contacto entre nosotros mismos. El compañerismo debería de ser un valor importante en la labor de ser entrenador, porque algo que está mal que le pasa a un entrenador cualquiera, te puede pasar a ti también y es por eso tenemos que ponernos en el lugar del otro.

Tenemos que ir en dirección de ser más respetados por los clubes, que se valore nuestro trabajo, evitar criticas entre compañeros, respetar a otros compañeros mientras estén en un equipo, apoyarnos y ayudarnos …. solo así llegaremos a ser respetados como debemos en el mundo del fútbol.