Estamos rodados de personas que se nutren de las emociones y sentimientos de otras. Son los llamados” vampiros emocionales”. Éste tipo de personas las podemos encontrar en cualquier parte, como por ejemplo: en el trabajo, en la propia familia, en tu equipo de fútbol, en el grupo de amigos, o cualquier persona que un día se sienta junto a ti en el autobús o en la sala de espera de un hospital y drena toda tu energía.
Suelen ser seres inteligentes y con ello no quiero decir que tengan un gran expediente académico, pero sí un buen ojo para captar a su presa y alimentar su propio ego.
Estos vampiros captan a personas generalmente afectuosas y sensibles, las cuales cuando no encuentran alimento emocional tienen que deshacerse de esa carga, no sin antes haber encontrado a otra víctima (nueva bodega emocional).
A veces el vampiro emocional no es consciente del efecto que tiene en los demás, ya que es su forma de ser. Se escudan en el humor para ridiculizarte, o en un lenguaje corporal como estrategia, son los llamados vampiros solapados.
Hay otra clase de vampiros emocionales llamados “Gente tóxica”, que a continuación describo un poco de cada una de las siete variantes que hay.
- Vampiros Negativos: Son aquellos que lo ven todo negro y no ven solución.
- Vampiros Criticones: Objetan todo lo que dices o haces, e insisten que es por tu bien.
- Vampiros Belicosos: Con ellos debes vigilar todo lo que haces y dices para no hacerles estallar.
- Vampiro Débiles e Indefensos: Necesitan apoyo constante.
- Vampiros Catastróficos: Hablan constantemente de enfermedades y desgracias propias y ajenas.
- Vampiros Sarcásticos: Su humor es dañino porque saben dar donde más nos duele.
- Vampiros Quejosos: Se lamentan por todo, el empleo, economía, familia, y se escudan en que ellos no pueden hacer nada.
Después de estar un rato con alguno de estos tipos de vampiros emocionales, tu estado es deprimido, agotado, triste y sin espíritu. Estos estados afectan a nivel celular, tanto cerebral como físico, lo que nos quiere decir que los vampiros nos afectan genéticamente.
Hay que estar alerta, reconocerlos, alejarlos y preparar los ajos, la estaca y el crucifijo.
No dejes que te chupen la energía….. ..¿O quizás tú eres un vampiro?
ADELA CASTRO. @ADelacasa7 Psicopedagoga- Especialista en Psicología Positiva y Técnico en Psicología Deportiva y Coach www.adelacastropsicologiapositiva.es