Llega el Domingo… y en 90 minutos toca poner en práctica todo lo trabajado durante la semana de entrenamientos. Atrás quedan las visualizaciones en video del rival, las charlas al inicio de cada de entrenamiento, los puntos fuertes y débiles de sus jugadores importantes, nuestras jugadas de estrategia, las claves del partido… teoría y práctica parecen estar trabajadas…
Pero tal vez nos hayamos olvidado de lo más importante, tal vez falte trabajar aquellos aspectos psicológicos que en ocasiones son los que determinan y condicionan la victoria o la derrota. Cuando hablo de aspectos psicológicos me refiero a tales como la motivación, autoconfianza, concentración, activación, ansiedad o estrés, aspectos éstos que influyen directa e indirectamente en la personalidad y actividad del futbolista en el terreno de juego. En muchas ocasiones una mala gestión, de manera colectiva o individual, de alguno de estos componentes han sido los causantes de ese error puntual/clave del partido o de ese devenir de situaciones incomprensibles que se han sucedido durante el desarrollo del encuentro. Por lo que trabajar durante la semana dichos aspectos se convierte en asignatura pendiente para muchos entrenadores…
La figura del entrenador, del líder, del capitán o de esos llamados “pesos pesados” del vestuario se convierten en pilares fundamentales para trabajar estos aspectos de los que estamos hablando. Ellos se convierten en ese vehículo de comunicación, en ese modelo a imitar o en ese espejo en el que mirar. Son referentes y como tal se deben comportar. Ellos deben ser conscientes del papel tan importante que juegan en el equipo también dentro de un vestuario o como gestión de un grupo.
Psicología y Deporte en general, y Psicología y Fútbol en particular, van de la mano…
ALMUDENA ALONSO @almudenaalonfe Psicóloga Sanitaria Máster en Intervención Psicológica y Máster en Neuropsicología Clínica