El concepto de estrés, se ha ido popularizando cada vez más a lo largo de los años en parte, debido a la preocupación que genera hoy día, hecho que por otro lado ha desembocado en cierta confusión de dicho concepto y además un exceso en su patologización. Sin embargo, el estrés no siempre es negativo ya que es una respuesta no específica del organismo y cuya presencia permite poner en marcha ciertos recursos personales a la hora de afrontar determinadas situaciones y que fomentan el aprendizaje de nuevas estrategias incrementando así las posibilidades de éxito en afrontamientos futuros.

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Si atendemos a la definición propuesta por el Colegio Oficial de Psicólogos el estrés sería el proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe como amenazante un situación o acontecimiento y cuyos recursos para afrontarla se ven desbordados. Frecuentemente estas situaciones se relacionan con cambios, situaciones que exigen al individuo sobrecarga de esfuerzo y que suponen un riesgo en el bienestar del mismo. Otra definición propuesta por McGrath (Smith 2010) añade además,  que se produciría en condiciones en las que el fracaso en la satisfacción de la demanda tendría consecuencias importantes.  El proceso de estrés según este autor constaría de las cuatro fases que se presentan a continuación:

  • FASE 1: Demanda medioambiental (física o psicológica): en esta primera fase llegaría al deportista cierto tipo de requerimiento ya sea físico o psicológico.
  • FASE 2: Percepción individual de las demandas medio ambientales (cantidad de amenaza física o psicológica percibida): no todos los deportistas perciben las demandas de la misma manera es por tanto en esta segunda fase donde se perciben las diferencias individuales ante una misma situación de competición. Uno de los factores que más peso tienen en esta fase es el nivel de ansiedad- rasgo de la persona ya que por lo general, niveles elevados de ese rasgo contribuyen a una percepción más amenazante de las situaciones, sobre todo en momentos precompetitivos.
  • FASE 3: Respuesta de estrés. Hace alusión a la respuesta física y psicológica de la persona a la percepción de la situación. La amenaza percibida por una determinada situación se produce por la percepción de un cierto desequilibrio entre las demandas de la misma y la capacidad de respuesta del deportista provocando en consecuencia, un incremento de la ansiedad estado, de la preocupación y de la activación fisiológica. A ello puede añadírse ciertos cambios en la concentración o en la tensión muscular que se derivan de esos elevados niveles de ansiedad.
  • FASE 4: consecuencias conductuales. ¿Qué ocurre una vez percibido ese desequilibrio entre demanda y recursos para afrontarla? ¿Qué hace el sujeto en esa situación? A estas preguntas responde la última fase del proceso del estrés. Lo más probable es que si el/la deportista siente que su estado de ansiedad se incrementa se produzca un empeoramiento de su rendimiento en la ejecución.

En el mundo del deporte, la competición ha ido ganando cada vez un mayor número de adeptos en la sociedad en general. En cierto modo, esto lleva implícita la idea del interés de medirse a los demás hecho que conlleva una serie de prerrequisitos que suponen una optima preparación del/la deportista en todos los aspectos que la competición les demanda. Por tanto, la búsqueda del máximo rendimiento se ha convertido en uno de los principales temas de investigación de cara a identificar aquellos factores que mejoran o perturban el desarrollo de una ejecución deportiva. De todos es sabido, que previamente a la situación de competición se produce en los/las deportistas cierta activación que conlleva la modificación de algunos parámetros fisiológicos del organismo, sin embargo unos niveles elevados de activación pueden interferir en el correcto desempeño de la actuación deportiva llegando a mermar el rendimiento del/la deportista. La mayoría de los modelos que pretenden explicar el estrés parten de la idea de que, en la mayoría de las ocasiones, las situaciones estresantes suelen ser neutras sin embargo es la percepción del individuo sobre las mismas las que la convierten en una fuente de estrés. Como se dijo anteriormente, sería en la fase 2 del proceso de estrés dónde se observarían las diferencias a nivel individual a la hora de percibir una situación como estresante o no.  También se ha hecho alusión al concepto de ansiedad- rasgo como predisposición personal a percibir como amenazantes situaciones que suelen ser neutras,  lo que aumenta la probabilidad de experimentar estrés en las situaciones competitivas, y el de ansiedad- estado que haría referencia a un estado emocional fluctuante y transitorio.

Se trate de ansiedad estado o rasgo, la importancia de este modelo aplicado al mundo del deporte radica en su descomposición del proceso de estrés en diversas fases ya que nos permite realizar una evaluación más exhaustiva del/la deportista en cada una de ellas y obtener por tanto, una idea general sobre su manera de percibir y afrontar las situaciones deportivas y cuándo estas llegan a convertirse en estímulos estresantes para él/ella y sobre todo, identificar en cuál de estas cuatros fases se halla principalmente la alteración que desencadena esa reacción. Así pues, ante la imposibilidad de evitar el componente emotivo que acompaña a toda situación competitiva la preparación del/la deportista para afrontar este tipo de situaciones debe constituir siempre un importante campo de actuación a través de una intervención en vistas a enseñar al sujeto determinadas estrategias de manejo y/o afrontamiento que le permitan controlar sus niveles de estrés y se traduzcan en una percepción de las situaciones como menos estresantes. Esto además de producir una mejora en el rendimiento durante la ejecución deportiva servirá como herramienta de prevención de consecuencias peores derivadas de la cronificación del estrés como el Síndrome General de Adaptación o los Trastornos de Ansiedad.  Estrategias de auto-conocimiento, control emocional, aprendizaje de recursos psicológicos de afrontamiento, tolerancia a la frustración o técnicas de relajación pueden ser algunos ejemplos de la amplia gama de herramientas de las que dispone la Psicología Deportiva para el manejo de las situaciones estresantes con el fin de lograr que el rendimiento del/la deportista sea de un 100% tanto en lo físico como en lo psicológico.

CRISTINA ORTIZ@cristifroggy
www.masalladeloquenovemos.blogspot.com.es

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

COLEGIO OFICIAL DE PSICÓLOGOS. El estrés. [Sitio web]: cop.es. [Consulta: 25 Septiembre 2014]. Disponible en: http://www.cop.es/colegiados/ca00088/pag13.htm

SMITH, R. 2010. Activación, estrés y angustia. En: Fundamentos de psicología del deporte y del ejercicio físico. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Pp. 77-100.

Más enlaces interesantes acerca del estrés: ¿Qué es el estrés? Causas y síntomas