De todos es sabido y conocido que nuestros padres quieren lo mejor para nosotros. Indudable afirmación. A lo largo de una vida nos quieren, nos protegen, nos siguen, nos visten, nos enseñan, nos regañan, nos inculcan, nos educan… incluso nos sufren.

Todo lo que hacen, lo hacen por y para nosotros. Cierto es que toda relación paterno-filial tiene su vaivenes, sus momentos mejores y peores, sus “cosillas”, sin embargo, siempre, siempre están para cuando los necesitamos, sin embargo cuando somos adolescentes, para nada nos damos cuenta; ya que en ese momento, estamos cegados por el conocimiento que creemos que tenemos de la vida… Reitero la respuesta que le damos a nuestros padres cada vez que nos dicen que llevemos cuidado; “¡ya lo sé!”; por ejemplo.

Y ahora somos padres; ahora nos toca ejercer de cuidadores, educadores, protectores, etc. y volvemos a escuchar en nuestros hijos aquellas mismas respuestas que les dábamos a nuestros progenitores unos años atrás.

Encauzando lo que os quiero decir por el lado deportivo; y más concretamente en las Escuelas de Fútbol; me encantaría ser lo más preciso posible y que una vez leído el artículo sirviera para que a partir de este preciso momento ejerzamos como padres; y no como aficionados ultras de nuestros hijos.

 

Y os hago una pregunta; no pretendo que se responda al momento, sí pido reflexión en la respuesta; ¿Para qué apuntas a tu hijo a una Escuela de Fútbol?

No voy a responder por vosotros, por supuesto, sin embargo, viendo y observando cada domingo el comportamiento que algunos de nosotros tenemos en un campo de fútbol puedo más o menos vislumbrar dicha respuesta.

Escuela de Fútbol: Educación, Respeto, Solidaridad, Esfuerzo, Amistad, Equipo, Trabajo, Actitud, Habilidad, etc. En definitiva; VALORES; unos valores que un niño o un adolescente aprende en un primera fase con lo que ve, con lo que observa, con lo que le cuentan, con lo que reflejan los mayores que le rodean.

Si hay alguna Escuela de Fútbol en el mundo donde diga que nuestros hijos van a ser los futuros balones de Oro, por favor, manden un mail que estaremos gustosos de saber cómo se hace. Con esto quiero decir que tomemos nota y aprendamos de aquello que tanta rabia nos daba de nuestros papás; ellos nos educaban y  enseñaban como buenamente podían o sabían; ahora sí tenemos más medios para recapacitar y reconocer cómo debemos actuar delante de nuestros hijos.

En las Escuelas de Fútbol nuestros hijos no se hacen futbolistas, se hacen personas, con valores propios, independientes, saludables. No seamos nosotros como padres, lo que presionemos de mala manera al entrenador, o a nuestro propio hijo (que es peor) a que se comporte como algo que todavía no es. En las Escuelas de Fútbol, lo primordial es forjar la personalidad de un chaval, el trabajo en equipo, el respeto por el compañero, por el material, etc; y como secundario, ganar un partido. Si hay Escuelas que promueven lo segundo, mal van.

Si tu hijo tienes cualidades para ser un buen futbolista, estoy seguro que llegará a serlo, por el buen camino; pero sobre todo, será un gran futbolista si antes es una gran persona.

Recuerda amigo, que Messi es único, que Ronaldo es único… y que tu hijo es Único.

YVÁN CONEJERO @Bolyvan
Coach
Murcia
www.ylife.es