Seguro que en más de una ocasión has oído hablar de la importancia de controlar nuestros pensamientos, sobre todo a la hora de hacer frente a determinadas situaciones como una entrevista de trabajo, un examen o en nuestro caso, una situación de entrenamiento o de tipo competitivo. Pero ¿sabemos realmente hasta que punto nuestros pensamientos determinan nuestros actos? Este artículo pretende dar respuesta a esta pregunta pero no de manera directa sino a través de una de las técnicas más utilizadas en la modificación de los pensamientos: la reestructuración cognitiva.
Se puede definir la reestructuración cognitiva como aquel conjunto de técnicas utilizadas con la finalidad de cambiar de manera directa los pensamientos de los/as deportistas para afrontar de una manera más efectiva las demandas derivadas de la situación de competición. Su base recae sobre los siguientes presupuestos teóricos:
- La forma en la que las personas estructuran cognitivamente sus experiencias ejerce una influencia innegable en cómo estas se sienten, actúan y reaccionan.
- Es posible identificar dichas cogniciones.
- Existe la posibilidad de modificarlas.
Son varios los modelos terapéuticos a los que podemos atribuir el inicio del empleo de esta técnica, no obstante el presente texto se centrará en la Terapia Racional Emotiva de Ellis, en concreto en su modelo ABC bajo mi punto de vista, por ser uno de los modelos que mejor explica la importancia de las cogniciones a la hora de hacer frente a una determinada situación deportiva. Dentro del modelo ABC estos serían los significados de cada letra:
-La letra “A”, haría referencia al acontecimiento, suceso o situación a la que hay que hacer frente.
-La “B”, haría alusión al conjunto de cogniciones de la persona, apropiadas o no, acerca del acontecimiento activador y que pueden ser o no conscientes. En este momento, influyen determinados procesos tales como la percepción, atención, razonamiento e interpretación que en ocasiones, pueden derivarse en ciertos sesgos y errores. Estos son algunos ejemplos:
Atención selectiva (concentrarse solo en los fallos que se ha tenido durante el transcurso de una competición).
Memoria selectiva (recordar solo lo negativo de la última situación de competición);
Sobregeneralización (la idea de que tras el fracaso en una situación competitiva todas las demás terminarán igual)
El pensamiento dicotómico (valorar una situación en términos extremos, por ejemplo muy mala, sin que existan puntos intermedios).
En lo que a contenido respecta, pueden encontrarse los siguientes tipos de cogniciones:
- Productos cognitivos, pensamientos específicos que pueden surgir en respuesta tanto de acontecimientos internos como externos en forma de verbalizaciones o imágenes que no suelen ser voluntarios y que surgen de manera automática;
- Supuestos; ciertas creencias condicionales (que utilizan elementos proposicionales como el si…entonces: “si cometo un error, todo el mundo se reirá de mi y pensarán que soy un incompetente) que incluso pueden llegar a manifestarse en forma normas y actitudes (“es inaceptable cometer un error dentro de la portería”)
- Las creencias nucleares; que se caracterizan por ser incondicionales, globales y duraderas sobre el/la propio/a deportista (“Soy la peor gimnasta del mundo”, “soy un fracaso de tenista”), sobre los otros (“mi entrenador quiere manipularme”) y el mundo en general (ver todas las situaciones de competición como una amenaza).
Las creencias o supuestos disfuncionales pueden clasificarse según su temática por lo que podríamos encontrarnos en la práctica deportiva aquellas relacionadas con la tristeza (“Para ser feliz, tengo que tener éxito en todas mis competiciones”); con la interacción interpersonal (“tengo la obligación de rendir bien para complacer a mi entrenadora y a mis padres”); con la responsabilidad (“soy el principal responsable de que mi equipo de baloncesto haya perdido”); con la competencia (“solo se puede ser perdedor o ganador en la vida, no hay punto intermedio”); con la aceptación (“si hacen crítica de mi ejecución deportiva es porque me rechazan”); con el control (“soy la única que puede solucionar el partido”) y por último con la ansiedad (“pensar que algo va a ir mal en la competición es tan malo como hacerlo”).
-La letra “C” en el modelo de Ellis, se refiere a las consecuencias emocionales, físicas y conductuales derivadas de “B”. Un ejemplo sentir un miedo terrible a la hora de competir que hace que el/la deportista salga corriendo ya que tiene la firme creencia de que fracasará y todos se reirán de él. Esta evitación estaría impidiendo que el/la deportista se exponga de manera directa a una situación que, de resultar exitosa, podría desconfirmar por completo sus expectativas de incompetencia.
Así pues, la reestructuración cognitiva consistiría en que el/la deportista en un primer momento con la ayuda de el/la psicólogo/a del deporte, por un lado identifique sus pensamientos más desadaptativos y por el otro lleve a cabo un cuestionamiento de los mismos de tal forma que puedan ser sustituidos por otros más adaptados y apropiados que reduzcan o eliminen las consecuencias emocionales y conductuales derivados de los mismos. Estos pensamientos en la práctica de esta técnica son vistos como hipótesis sobre las que psicólogo/a y deportista trabajan de manera conjunta recogiendo datos que determinarían la utilidad de dichas hipótesis.
En definitivas cuentas, se ha podido observar como las cogniciones pueden llegar a cobrar un papel relevante en la ejecución de el/la deportista (y del comportamiento humano en general) y en las alteraciones emocionales derivadas por lo que no sería la situación en sí la responsable de las diferentes reacciones en los distintos niveles de respuesta sino que lo serían las interpretaciones y expectativas realizadas sobre los acontecimientos y las creencias disfuncionales relacionadas con los mismos.
Con el uso de esta técnica no solo lograremos que nuestros/as deportistas logren afrontar las situaciones de forma mucho más adaptativa y eficaz sino que, además, estaremos contribuyendo a mejorar su autoconfianza, su atención y concentración y además, a potenciar en gran medida sus actividades motoras durante la situación deportiva.
Y recuerda: si cambias tus pensamientos, puedes cambiarlo todo
Bibliografía consultada:
BADOS, A. Y GARCÍA, E. 2010. La técnica de la reestructuración cognitiva. [sitio web]. Barcelona: Universidad de Barcelona. [Consulta: 13 Febrero 2009]. Disponible en:
DIAZ DE NEIRA,M. Y JIMENEZ, G. 2012. Terapias cognitivas: los modelos de reestructuración cognitiva. En: Psicoterapias. Manual de preparación PIR. Madrid: Academia CEDE. Pp. 189-209
CRISTINA ORTIZ. @cristifroggy