Te has preguntado alguna vez ¿por qué tus jugadores de fútbol no muestran en el campo lo que les has transmitido en el entrenamiento o durante el partido?
Este problema es bastante común dentro del fútbol base, entrenadores de todas las categorías han pensado esto alguna vez y es que conseguir transmitir conceptos a jóvenes futbolistas y que luego sean capaces de aplicarlos en el campo no es tarea fácil.
La comunicación entre un entrenador y sus jugadores de fútbol es importantísima, debe ser muy buena y recalco, Muy Buena, para alcanzar sus objetivos. Además, existen algunos factores que pueden hacer aún más difícil esta tarea como puede ser la edad de los jugadores, la situación personal de cada uno, la dinámica del equipo, etc.
La comunicación entre el entrenador y sus jugadores de fútbol es un factor muy importante
Sin embargo, existen una serie de reglas que, bien aplicadas, os pueden ayudar muchísimo a conseguir este propósito; que tus jugadores atiendan tu discurso, comprendan e interioricen el mensaje y lo expresen en el campo.
1º- Prepara tu mensaje, ten las ideas claras: El primer paso siempre debe ser tener muy claro qué ideas/conceptos queremos transmitir y cómo lo vamos a hacer. Tener las cosas claras te ayudará a mostrar confianza y seguridad a la hora de explicarlas lo que aumentará las probabilidades de que tus jugadores entiendan el concepto y te lo demuestren. No solo debes tener en cuenta las palabras que vas a utilizar, también debes reflexionar sobre cómo lo vas a hacer (lenguaje NO verbal), de hecho, este punto es mucho más importante. Los seres humanos somos seres visuales, nos quedamos con lo que vemos antes que con lo que oímos, por ello, piensa qué gestos utilizarás, la velocidad con la que hablarás, el tono, recuerda mantener el contacto visual con todos tus jugadores, etc. De esta manera aumentarás significativamente las probabilidades de que el mensaje cale en los jugadores.
2º- Adáptate al receptor y al contexto: No podemos dirigirnos de la misma forma a chicos de 7 u 8 años que a Juveniles de 18, es otro de los grandes errores que se suelen cometer. Cuando hablemos con jugadores de edades muy tempranas debemos ponernos a su altura para favorecer el contacto visual y que se fijen en nosotros y, claro está, el lenguaje a utilizar tiene que ser muy simple, evitando tecnicismos y palabras complejas. Por otro lado, cuanto mayores son los jugadores podemos empezar a incluir conceptos técnicos más elaborados. Otro de los aspectos que debemos tener en cuenta es el contexto, la situación en la que estamos; En la charla previa al entrenamiento, previa al partido, en el descanso, cuando llamamos a un jugador a la banda para darle instrucciones…
En medio de un partido es probable que el jugador esté a 160 pulsaciones por minuto por lo que su nivel de atención será menor que, por ejemplo, al inicio de un entrenamiento donde su nivel de activación es más bajo.
3º- Procura que los mensajes sean claros y directos: En general, cuanto más claros, concisos y directos sean los mensajes que transmitir más probable será que se entiendan. Evita los rodeos y las indirectas ya que pueden dar lugar a confusiones e interpretaciones innecesarias.
4º- Muestra coherencia entre el lenguaje verbal y NO verbal: Imaginaos un entrenador en un partido donde su equipo va ganando por 1-0 en los momentos finales, sin embargo, sus jugadores se muestran nerviosos ya que el equipo rival está asediando su portería. En estas situaciones es muy común ver al entrenador gritar “TRANQUILOS, TRANQUILOS, TENEMOS QUE CALMARNOS” a la vez que hace gestos con los brazos bastante agitado. Como hemos dicho antes, los jugadores se quedarán con lo que ven, no con lo que escuchan y, por lo tanto, se pondrán aún mas nerviosos al ver que su entrenador transmite exactamente eso, inquietud y nerviosismo. Por ello, si tu mensaje es de tranquilidad, muéstrate tranquilo, si quieres activar a tus jugadores muéstrate más activo, comprobarás que el resultado será muy satisfactorio.
5º- Se tu mismo, se natural: Evita sobreactuar, explica las cosas con naturalidad y con tu estilo propio. Si los jugadores perciben que estás actuando desconfiarán del mensaje y, por lo tanto, ni se molestarán en escucharlo.
Por último, recuerda que la comunicación es una vía de doble sentido y, por ello, también debes ser capaz de escuchar y entender lo que los jugadores quieren transmitirte. Escuchar no es simplemente oír lo que tienen que decir sino ponerte en su lugar y tratar de entender lo que te quieren decir.
Espero que con estas pautas la comunicación con vuestros jugadores sea óptima y os ayude a reflejar en el campo todo el trabajo duro de la preparación de los partidos.