José Alberto Toril tomó las riendas del Real Madrid C en el último tercio de la temporada 08-09, para convertirse -no sin antes hacer al Juvenil A campeón de Liga, de España y subcampeón de la Copa del Rey- de momento, en el tercer entrenador que más partidos oficiales ha dirigido al Real Madrid Castilla, a siete de distancia de Vicente Del Bosque y avistando a López Caro, al que superaría si cumple su actual contrato.

A lo largo de estos años, su metodología, capacidad de liderazgo y discreción tuvieron impacto en el aspecto deportivo y patrimonial del Real Madrid. Creador de una estructura con la doctrina del juego combinativo iniciado desde atrás, donde el jugador pueda desarrollar su talento, año tras año readaptó el modelo de juego a las características y matices de los integrantes del equipo. Así potenció la formación y proyección de cada uno de ellos sin dar la espalda a los resultados.

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Veamos unas muestras de la capacidad adaptativa de un Real Madrid Castilla, que por exigencias del guión, se renovó cada temporada:

– En la 10-11 (2 B), cuando asume en Enero la dirección de un equipo seriamente amenazado por el descenso, optó por un juego pausado y asociativo, que atraía por dentro con los Sarabia, Fran Rico y el nexo de unión de Álex Fernández para sorprender por fuera con la amplitud y velocidad de Juanfran y Juan Carlos. La finalización, con las variantes de Joselu y el joven Morata, hizo el resto. Tras una segunda vuelta invicto, fue eliminado por el CD Alcoyano en el Play Off de ascenso a Segunda División A.

– En la 11-12 dispuso de un equipo más equilibrado y versátil, capaz de interpretar más registros del juego. La innovación fué combinar ataque posicional con contraataque. Dos pivotes como Mosquera y Mandi suponían suficiente equilibrio y seguridad para que el equipo se desbocara buscando la portería rival sin asumir demasiados riesgos defensivos. Era Jesé un jugador más vertical y eléctrico que el ya getafista Sarabia. Había que crear el escenario adecuado para que luciera el mejor y Toril lo hizo, consiguiendo el ascenso tras superar la eliminatoria de Play Off frente al Cádiz CF con un global de 8-1.

– En la 12-13, ya en Segunda A, la escasez o nula experiencia de la plantilla en la categoría, dio lugar a una primera vuelta discreta. La llegada de Casemiro en Enero equilibró todo lo construido por Toril. Fue el brasileño el desatascador de un caudal de juego, hasta entonces, obstruido. Una vez recuperada la confianza, había que conectar la creación con la velocidad de Jesé y Cheryshev y el instinto goleador del mejor Morata. De nuevo, el modelo de juego se adecuó a los buenos, resultando el segundo mejor equipo de la segunda vuelta tras el Villarreal. Fruto del rendimiento y de la proyección, diez jugadores titulares abandonaron este año el Castilla, equipo máximo goleador de la categoría.

El trabajo de Toril no sólo se manifestó en términos deportivos, sino que supuso una revalorización de los jugadores y por tanto, un incremento patrimonial en los activos del club. Ya sea vía ingresos por traspaso o por presencia en el primer equipo. Las ventas de Juan Carlos (2,5 Mill), Sarabia (3 Mill), Fran Rico (1 Mill), Joselu (6 Mill) y la inclusión en el primer equipo de Jesús, Mejías, Carvajal, Nacho, Cheryshev, Morata y Jesé, así lo certifican.

Fuera del terreno de juego y de los campos de entrenamiento, Alberto Toril tuvo el infortunio de convivir con el antídoto más efectivo y universal para cualquier cantera del planeta fútbol: Jose Mourinho, defensor a ultranza de un modelo donde el camino y las formas hacia la victoria son despreciados, amén de su indiferencia hacia las jóvenes promesas. Sin duda este hecho restó brillo y eficacia al trabajo del técnico del filial y al crecimiento de sus jugadores. Sirvan sólo como ejemplo las contínuas convocatorias con el primer equipo de Nacho y Morata para presenciar el partido desde la grada. Interminable resultaría enumerar los episodios de provocación y desprecio hacia el entrenador del Castilla, que suponían para éste una reválida en cada partido y rueda de prensa.

Una vez más, la respuesta de Toril: rigor, firmeza, discreción, imagen institucional y trabajo, como si de un legítimo vástago de don Vicente Del Bosque se tratara. Respuesta que nos genera nuevos interrogantes, quizá difíciles de descifrar: ¿Y si esta labor se trasladara con continuidad y confianza al primer equipo? ¿No se obtendrían similares resultados a partir de la misma propuesta? ¿Y si rezara en su DNI Josep Albert Toril y hubiera nacido en un pueblecito catalán…dónde estaría entrenando ahora?. En las grandes y respetables diferencias de criterio entre los dos más grandes clubes españoles residen las respuestas.

JOSÉ TAPIAS – @FDescifrado
Entrenador Nivel III
Madrid
www.futboldescifrado.com